martes, 20 de abril de 2010

The Meo Company

The MEO company

Extracto del libro “La batalla del piso 14”

Tres figuras fueron preponderantes en la campaña del diputado de Calera. Max Marambio, ex Teniente Coronel de las Fuerzas Especiales cubanas, esposo de Esperanza Cueto, cuestionado empresario con difusos vínculos empresariales con la derecha chilena, Camilo Feres dueño de la empresa de comunicaciones Entre-Líneas, votante de Sebastián Piñera el año 2005, asesor de Cristina Bitar y Cristian Warner, independiente pro derecha y ex productor de la empresa audiovisual Rivas&Rivas. De quién se dice que era el único con poder de firma dentro del Comando

“Las gigantografías las conseguimos baratas, porque arrendamos los espacios a una persona que los tenía desocupados, con el compromiso de que si los arrendaba a otros a mejor precio, nos salíamos. Así que se van a ir cayendo de a poco”, dice Cristián Warner (34 años), encargado de las finanzas del comando y cuya firma es la única con el poder de librar recursos, abrir la bodega para retirar materiales de campaña y negociar créditos a 30, 60 o 90 días con los proveedores.

Sobre el jefe político de la campaña podemos agregar sobre su realación familar con los principales socios del actual presidente de Chile. Citó al medio Emol del día 4 de octubre del 2009 que refleja esta situación.

De pronto, entre el encendido público que a esa hora ya ensayaba gritos y vítores, apareció Ignacio Cueto, gerente general de LAN. Buscaba a su hermana menor, Esperanza. Al verla, la saludó afectuosamente, al igual que a su cuñado Max Marambio y a sus acompañantes. Tras una breve charla, el hombre dio media vuelta, caminó hacia el lado opuesto del set, y se ubicó donde estaban los cercanos al abanderado de la Coalición por el Cambio, Sebastián Piñera, su candidato y amigo personal”

Entre los tres se tomaban todas las definiciones más importantes de la campaña. Ni Carlos Ominami ni Álvaro Escobar tenían tanta influencia en las definiciones estratégicas.

Ellos implementaron en una marcada segunda fase, un modelo de gestión empresarial para conducir la campaña. Un verdadero directorio que definía gastos, inversiones y propuestas. ¿Existían comisiones por trabajar en la campaña, quiénes fueron los principales proveedores, de dónde provenían los aportes del ex comando cubano?

Tiendo a creer que los procesos presidenciales fueron tan rápidos que el hijo de Miguel Enríquez quedó secuestrado por este modelo. La derechización de la campaña para algunos, la tecnocracia para otros y la eficiencia para los menos, llevó a lo que en un comienzo fue una propuesta de refundación de la centroizquierda a un despeñadero seguro de todo el sector.

El desconocimiento político de los miembros de MEO company, quedó de manifiesto, en que ninguno de los tres tenía experiencia en la política chilena, Marambio reconocía haberse inscrito para votar sólo para estas elecciones, Feres, aunque es hijo y sobrino de connotados socialistas, siempre mantuvo nexos con la derecha a través de múltiples asesorías para la UDI Cristina Bitar y nunca en su vida participó en política activa, definiéndose como un liberal de centro derecha.

Para el triunvirato esto era más una empresa que una campaña. De eso podemos desprender el poco manejo estratégico para nadar en las olas de la realidad política chilena. No consideraron la mirada bifocal del actual padrón electoral, atacar a Frei era al final del día atacarse a si mismo, si el diputado díscolo pasaba a segunda vuelta ¿De dónde provendrían sus votos para derrotar al candidato empresario?. ¿Cómo se entiende que su jefe político y su jefe de contenidos estratégicos, en lo personal se verían beneficiados económicamente por el triunfo de la derecha Feres a través de su relación con Bitar y Marambio por su sociedad con la familia Cueto?

La campaña de Marco fue al mismo tiempo un éxito y un fracaso, fue un éxito por que cambió la forma de hacer política en modos y contenidos y fue fracaso por que no ganaron. Fue un exitoso candidato y no un excelente Presidente.

Creo que si el ex diputado socialista desea mantener algún chance presidencial para el futuro, debe dividir la política de los negocios, no se puede tener como jefe político a un empresario cuestionado por corrupción y con relaciones poco claras con el adversario; y menos a un director estratégico del que nunca sabremos si está pensando en el proyecto colectivo o en el desarrollo económico de su empresa. Ambas situaciones ensucian el proyecto refundacional del que muchos se sintieron parte.

El hombre al que le salvó la vida Carlos Ominami, debería optar por unificar y aportar con humildad a la reconstrucción de la oposición, estar disponible para competir con su proyecto en primarias abiertas y pluralistas de todo el espectro de la centro izquierda. En caso de perder en esas primarias, decidir ser candidato a Senador y recuperar su espíritu crítico desde el parlamento y; en caso de ser elegido como candidato presidencial del progresismo dirigir los destinos de una izquierda unida y diversa con humildad y coherencia.

Patricio