miércoles, 24 de febrero de 2010

POLITIK

¿Qué es la política?, ¿la preocupación por los asuntos públicos, el arte de la realidad, la continuación de la guerra en tiempos de paz?, ¿todas las anteriores, ninguna?

¿Quiénes son los políticos?, ¿a los qué les gusta la política?, ¿los teóricos, los tecnócratas, los activistas?, ¿sólo un mal político puede ser un buen corrupto, o todo buen político debe ser un mal corrupto?, ¿O corrupción, tráfico de influencias, lobby y ganancia está ligada indivisiblemente a la política y los políticos?

No tengo las respuestas. Y no creo que existan, pueden haber visiones, posiciones y posturas y como en el amor o en el sexo cada individuo elegirá la que más le guste.

Si sacamos del centro de la discusión la irrupción volcánica de Marco en el escenario presidencial, que debe ser lejos lo más entretenido desde el regreso a la democracia, la política es algo fóme, chato, híbrido, conducido por una gran familia de privilegiados que no dan paso a nuevas generaciones ni a grupos excluidos y ni postergados.

No tengo la cifra, pero el promedio de edad de los ministros de todos los gobiernos de la Concertación debe ser de 60 años. Si hacemos la comparación por grupo económico la gran mayoría debe estar entre el quinto y el cuarto quintil. Por ende, tenemos dos tipos de segregación, etárea y de clase. No hemos tenido ni un sólo ministro obrero, campesino, dueña de casa o técnico profesional, no existen muchas oportunidades para que figuras emblemáticas como las de Mario Palestro o Mireya Baltra puedan llegar al poder. Por nombrar sólo a dos. Y ojo, no se trata de que gente mal preparada obtenga responsabilidades dirigenciales, pero desde la perspectiva de clase es muy difícil que un roto pase de ser Alcalde…

Si le agregó un tercer factor, el de género, sólo en este gobierno se compenso la falta de liderazgos femeninos, los gays y homosexuales han sido simplemente ignorados, para que hablar de los Mapuches, Rapa Nui o representantes de etnias. Ellos sólo son buenos para la Conadi (lo de buenos es una hipocresía)

Los ministros son buscados en las escuelas económicas neo liberales del extranjero, los líderes juveniles en un techo para Chile, Fundación mi Casa, en la familia como Piraña o en cualquier lugar que no sea una juventud política, alguien alguna vez me dijo que el peor negocio que se podía hacer era ser Presidente de una Juventud Política, por que eso significaba cabar la propia tumba para el futuro. Ser presidente de una juventud política hoy pesa menos que nada.

Si investigamos la relación familiar de diputados, Senadores, grupos económicos, Ministros, directorios de grandes empresas y dueños de medios de comunicación, nos sorprendería ver como en los últimos 40 años, los apellidos del poder se repiten uno tras otro.

Les apuesto que si tienen un amigo de la clase alta, tan sólo en este año debe haber ido a más de diez matrimonios, la razón es simple, los ricos deben perpetuar sus privilegios a través del matrimonio y por ende se casan más que los pobres. Además tienen mejores razones para hacerlo.

Sólo para dar un ejemplo, ayer me preguntaron quienes serían los ministros de Marco, me quedé en silencio nunca lo había pensado y respondí con una contra pregunta, ¿y si a ti te pidieran que armaras su gabinete a quién pondrías? Le dije, la colega me respondió de una forma normal y mediatizada, -bueno me dijo-, si me baso en lo que veo de la campaña, Danus está claro que sería Ministro de algo o Subsecretario, Fontaine de Hacienda o Economía, Max Marambio de Interior o Relaciones Exteriores y ese que anda con él, el que en Vía X aparece en todos los capítulos, el estratega de la campaña, me dijo, a Camilo Feres respondí, si po, ese, se le nota que quiere ser Ministro del Trabajo o Mideplan, por que es cómo técnico, aunque Esteban Valenzuela está pintado para el Ministerio de la Presidencia y tu me dijo está clarito que serás él Vocero. Más allá de la anécdota me entró una profunda comezón quedé preocupada.

Primero me asusté, luego me reí y terminé con ganas de llorar, los nombres que me dio, incluyendo el mío, no responden a la gigantesca transformación social que necesita Chile o que queremos, el problema no son los talentos ni los nombres, es el cómo y el para qué.

Me bajó la angustia y me dí cuenta que valorando y respaldando lo que Marco hace y considerando que es el primer paso, creo que nos falta épica, valor, fondo, profundidad y pasión, Chile no cambiará con un nuevo gobierno, un nombre más u otro menos, si somos realistas y de verdad queremos mejorar la calidad de vida de todas las personas sin importar su condición social, credo religioso o situación socio económica, debemos ir por el premio mayor.

Hay que trabajar para transformar de raíz el paradigma sobre el que nos sustentamos que tiene manifestaciones en los ámbitos espirituales, económicos, políticos y culturales. ¿O no?

Patricio