miércoles, 17 de febrero de 2010

SOCIALISMO EVOLUTION

SOCIALISMO RECARGADO

Para todos todo para nosotros nada.

Los socialistas deberíamos, con el millonario patrimonio partidario, invertir en proyectos de desarrollo, como en la creación de una empresa de capital solidario, en que las utilidades se reinviertan para dar más y mejor trabajo, en la generación de un Centro de Formación Técnico Profesional, en donde se privilegie la capacitación de jóvenes y mujeres de las clases dominadas y en la compra o generación de medios de comunicación sociales que promuevan nuestra visión de mundo.

El Instituto Igualdad (de propiedad del PS) debería ser un triple Observatorio; laboral, de derechos civiles y de Libertad de Expresión, que se preocupe de fiscalizar y denunciar el desempeño de las nuevas autoridades de gobierno y sobre todo de los posibles retrocesos que conlleve el gobierno de los privilegiados. Chile nos pide un verdadero Partido Socialista, con valores, coherencia y que defienda a los ciudadanos, sobre todo a los y las trabajadores.

Lo anterior, pensando en que con el gobierno de los cuicos se terminó la transición. En hora buena, ahora podemos proponer sin traumas una segunda vía chilena al socialismo democrático; sin apellidos, sectarismos, apitutados, lotes, caudillismos, ni malas prácticas. Socialismo debe ser ejemplo de eficiencia, libertad, diversidad y compromiso con la gente.

Por que el socialismo es buena vida para todos y todas. Es un modelo mucho más justo y democrático que el neoliberalismo. Pero nuestro “socialismo” no debe ser una copia de otros socialismos y para que la gente nos crea, no podemos tan sólo aparentar ser socialistas, si no que actuar como tales.

Chile necesita su propia vía al socialismo, el futuro de la izquierda chilena no puede ser el pasado de la izquierda europea. Desde la oposición podemos refundar, aglutinar fuerzas, conducirlas, despertar la sangre combativa e ir por la conquista del poder.

No puede existir socialismo sin democracia, que no es lo mismo que la social democracia. La democracia verdadera es aquella que le entrega todo el poder al pueblo. Por ende, en Chile tenemos cualquier cosa menos democracia. Con cuatro millones de no inscritos y numerosas abstenciones nuestra legitimidad democrática está en riesgo.

La participación sin educación y conciencia no es voluntaria, sólo podrá serla cuándo las personas tengan el mismo nivel de conocimiento sobre la importancia de los conceptos cívicos. Por algo los jóvenes acomodados casi cuadriplican a los jóvenes pobres, entre los inscritos en los registros electorales. Hoy nos gobierna la ignorancia, la más poderosa de todas las fuerzas de control, determinismo y segregación.

Para que exista democracia debe existir igualdad, y para que ella sobreviva debe estar basada en la libertad. Por ende, el socialismo es libertad con igualdad. El problema de la libertad, es que ésta se entiende sólo como una libertad económica, basada en la capacidad de unos pocos para perpetuar sus privilegios. Los socialistas deseamos que los no iguales puedan acceder a una igualdad económica, política y cultural.

La igualdad es justicia, lo mismo para todos, o en una sociedad desigual como la nuestra, lo mismo para los mismos, por ejemplo; excelente calidad en salud, educación, seguridad ciudadana, recreación cultural, vivienda y transporte y lo desigual para los desiguales, que los ricos paguen porcentualmente más impuestos, que se le ponga un coto a la herencia y que se termine con la exclusión de todo tipo.

Los privilegiados tienen mejores barrios, más áreas verdes y mejor calidad de vida. Son el reflejo del egoísmo y representan a un selecto grupo de personas que a través de malas prácticas pasadas; de explotación laboral, conquista desarrapada de propiedades, vulneración de los derechos humanos de los pueblos originarios y apropiación ilícita de empresas estatales, se hicieron riquísimos. Eso no es justo ni correcto.

Quién se ganó la plata honestamente y trabajando, es un buen socialista, el que comparte sus riquezas, cree en la solidaridad, promueve la capacitación de sus trabajadores, cuida el empleo, prefiere bajar el sueldo de los gerentes antes que el de los trabajadores, también podría ser un buen socialista. El PYME que a punta de endeudamiento, mantiene a cinco o a diez trabajadores, será buen socialista si reparte y comparte según el mérito del trabajo. A cada quién según lo que trabaje, que es harto mejor, que el contemporáneo a cada quién según lo que tiene.

Ser socialista no se basa en la pobreza ni en igualar hacia abajo. Se trata de redistribuir a través del Estado las injusticias naturales de la vida. Ser socialista no tiene que ver con la condición de clase, ni con firmar alguna ficha, menos esta relacionado con besar el anillo de señores “feudales”, el socialismo debe ser una forma de vida.

Los que en sus juntas de vecinos, colegios, lugares de trabajo y sobre todo en el hogar, fomentan la generación del bien común antes que la conquista del beneficio personal, son de quiénes deberemos aprender el verdadero y “nuevo” socialismo.

Debemos refundar los partidos que promueven el socialismo. Los partidos son instrumentos y no fines en si mismo. Necesitamos organizaciones más flexibles, dinámicas y que sean protagonistas de las grandes causas nacionales.

Requerimos educar y cuidar al pueblo. Convencer, persuadir y recuperar la confianza de la gente, que vio como por años, muchos izquierdistas cambiaron los principios por los lujos, los buenos autos, las mansiones y el vivir lleno de riquezas.

Patricio