sábado, 5 de enero de 2008

CONSTRUIR PARTIDO PARA UNA NUEVA ETAPA HISTORICA


1.- El contexto general del Congreso Programático

Se habla de un nuevo ciclo histórico, tanto en el documento oficial de convocatoria al Congreso como de grupos alternativos. Pero ¿que hace de este período, este momento, un punto de inflexión entre pasado y presente?. Sin duda, que desde el punto de vista político es correcto afirmar que la democracia se ha instalado definitivamente y que la posibilidad de una involución dictatorial se encuentra prácticamente descartada.. En el mismo sentido 18 años de Gobiernos de la Concertación han significado un crecimiento económico sostenido y sin precedentes en la historia del país y consecuentemente en el progreso y calidad de vida de sus habitantes, sin embargo se han desgastado sus principios originales y su forma de gobernar, por lo cual su permanencia como tal demanda una reorganización de sus fuerzas, de sus métodos y sobre todo de definiciones programáticas que respondan adecuadamente a los desafíos, antiguos y nuevos, económicos, sociales y políticos que el país requiere. Se puede afirmar así, que enfrentamos una nueva fase histórica, que puede significar la prolongación exitosa de la Concertación como coalición política o un proceso de desgaste que termine por liquidarla como alianza política y por tanto como instrumento eficaz de gobierno.

La sociedad chilena ha progresado sustantivamente, eso es innegable. Se ha establecido un sistema político democrático pero que contiene grandes deficiencias, que de no resolverse, limitarán seriamente el conjunto del desarrollo del país. Es indiscutible que el sistema binominal es una camisa de fuerza para las opciones políticas de la ciudadanía que no le permite alternativas reales de representatividad. El país observa una profunda contradicción entre la mantención de un sistema de representación insuficiente con una opinión pública mayoritariamente a-política y anti-partidos. La razón de fondo es que el sistema político ha devenido en una cultura dominada por un clientelismo político exacerbado, caudillismo, en algunos casos corrupto y profundamente distorsionador de la función pública. De esta manera la crisis actual de representatividad política puede transformarse peligrosamente en una crisis de legitimidad.

En lo económico los problemas de fondo del país continúan siendo la negativa distribución del ingreso y un tipo de crecimiento económico que no logra superar la dependencia de la exportación de materias primas. El objetivo de llegar a ser un país desarrollado no se cumple, como algunos pretenden, con alcanzar el ingreso per capita de alguno de ese tipo de países. Al ritmo que tiene nuestra economía será imposible resolver el problema de la pobreza, en términos reales y no sólo estadísticos, sino hay una intervención decidida y efectiva del Estado.

Entendemos como nuevo ciclo histórico el enfrentar estos problemas de una nueva forma, estructural y rápida. La diferencia fundamental entre reformas y cambio revolucionario es la orientación, profundidad y velocidad de las medidas transformadoras. Un nuevo ciclo debe caracterizarse entonces por una mayor y decidida voluntad política transformadora que asuma la profundidad y rapidez de tales cambios.


Dos años de Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet nos presenta un panorama ambivalente:

a.- Por un lado, las oportunidades que abre el liderazgo de Michelle Bachelet son enormes, no sólo por el impacto cultural, por qué no decir revolución, de que una mujer sea Presidenta de Chile sino también por las propuestas programáticas de su Gobierno. Ambas cosas han abierto las puertas a cambios de gran significación, no sólo en el ámbito de la relación hombre-mujer y el enfrentamiento de la discriminación por razón de sexo, sino también en temas cruciales como un crecimiento con mejor distribución del ingreso, el desempleo, la superación de la pobreza, el fortalecimiento de la familia, la dignidad de la vivienda, la igualdad de oportunidades en la educación, la ética en la política, la igualdad en el acceso a una salud oportuna y eficiente. En definitiva, el programa de Gobierno encabezado por una mujer, socialista, ha tenido una sensibilidad y una voluntad política particular para enfrentar todas y cada una de las múltiples expresiones de discriminación y desigualdad social. Además ha generado una dinámica de movilización y organización social que necesita ser impulsada, apoyada y fortalecida por el Estado.

b.- Por otro lado, las dificultades políticas que ha encontrado el Gobierno, tanto en la oposición como en la propia Concertación, así como las evidentes deficiencias en la gestión pública, han generado un ambiente de pérdida de confianza, desanimo y confusión que han repercutido negativamente en el apoyo público. La elección de Michelle Bachelet y la instalación de su Gobierno son la expresión de una voluntad democrática mayoritaria que quiere continuidad y cambio.. La mayoría de la población quiere estabilidad, progreso, modernidad, acceso a un consumo de países avanzados (casa propia, vehículos, educación, vacaciones, salud, salir al mundo) simultáneamente con un sistema político transparente, efectivamente representativo, democrático en su cotidianidad, sin tener que rendir pleitesía al caudillo político de turno o tener que recurrir al “pituteo” para conseguir un trabajo o lograr que se realice una actividad necesaria para la comunidad. Desgraciadamente ha prevalecido una suerte de “feudalismo político”, en el cual, los grupos de poder y el caudillismo electoral, han afectado profundamente la capacidad de llevar adelante los proyectos estratégicos.

Los próximos dos años son vitales para el Gobierno, la Concertación y el Partido Socialista, tal como vamos lo más probable es que perdamos la próxima elección si no hacemos una profunda rectificación en la Concertación y el Gobierno. El Partido Socialista debe mantener un irrestricto apoyo a la Presidenta, pero al mismo tiempo debe utilizar toda su fuerza para que se produzca la necesaria rectificación, la cual debería contemplar, en nuestra humilde opinión, al menos las siguientes áreas:

- Un nuevo gabinete capaz de ordenarse y ordenar las fuerzas políticas que constituyen la base de sustentación del Gobierno, particularmente en el ámbito parlamentario, donde el personalismo enfermizo de algunos de sus miembros los convierte en la principal fuerza desarticuladora. Es una vergüenza el oportunismo de algunos parlamentarios que “exigen ordenar la casa cuando son los principales desordenadores”, el ladrón detrás del juez.

- Un cambio profundo en la gestión, particularmente en la administración del sector público a nivel nacional y regional. Es insólito que en los momentos que los recursos públicos se han incrementado de manera sustantiva, producto de la bonanza en el precio internacional del cobre, la gestión pública se encuentra en uno de los más bajos niveles de todos los Gobiernos de la Concertación. Fomentar la calidad de la gestión implica un golpe de timón en cuanto terminar con el cuoteo político y las nominaciones a dedo. Es necesario erradicar la co-gestión que implica la influencia nefasta de los parlamentarios en la designación de autoridades. El Estado le paga a los parlamentarios para que, en lo esencial, legislen y no para ser “enganchadores” de una bolsa de trabajo para el sector público.

- Es fundamental volcarse al trabajo con la ciudadanía, pero de manera efectiva y no sólo de manera propagandística. Las potencialidades de movilización social que genera el hecho de que una mujer sea Presidenta y además una mujer socialista, no han sido suficientemente valorados y explotados. Se requiere un salto cuantitativo y cualitativo de apoyo del Estado a la promoción, desarrollo y consolidación de las organizaciones sociales.

2.- Los desafíos de la Concertación y del Partido Socialista

Cumplir con los objetivos programáticos del Gobierno de Michelle Bachelet, desarrollar las potencialidades de movilización y organización social que su liderazgo genera, prolongar la permanencia de la alianza de centro-izquierda más allá del 2010 y responder a la demanda popular de continuidad y cambio son los principales desafíos que caracterizan esta nueva etapa.

Ninguno de estos objetivos será posible mientras no se produzca un cambio sustantivo en la concepción y organización de la Concertación. La sola mantención del poder como elemento central de su existencia como alianza política es insuficiente para proyectarse en el mediano y largo plazo. El éxito electoral de la elección parlamentaria y presidencial pasada se explican más por la existencia de un período de bonanza económica asociado a la exitosa gestión del Gobierno de Ricardo Lagos que por las fortalezas de la Concertación, amén de la debilidad estructural de la Alianza por Chile. La distribución de las responsabilidades de Gobierno , se ha manifestado finalmente en una baja de calidad de los responsables de la gestión pública (como lo ha demostrado el transsantiago) y que cuestionan la posibilidad de un Gobierno exitoso. Capitalizar el potencial de movilización social que provoca el hecho de que una mujer sea Presidenta sólo será posible en la medida que la acción gubernamental se realice sobre la base de una amplia participación social pero además que los Partidos Políticos Concertacionistas se reorganicen de tal manera que se pongan a la cabeza de esas movilizaciones sociales.

Los cambios necesarios en la Concertación en materia de Proyecto Político Estratégico, la recuperación de la mística de los primeros años, su reorganización interna y su vinculación con el movimiento social tampoco serán posibles si ello no se produce al interior de los Partidos que la componen. De allí la enorme responsabilidad que le cabe, en primer lugar al Partido Socialista como vanguardia de estos objetivos.

3.- Los principales temas planteados por el congreso.

La convocatoria del Congreso ha destacado varios temas trascendentales, Este documento no pretende referirse a todos ellos, pero quisiera argumentar favorablemente en torno a algunas de tales iniciativas que nos parecen fundamentales:

3.1.- Un Estado democrático y social de derecho.

Establecer como objetivo la construcción de un Estado Democrático y Social de Derecho es la diferencia fundamental que caracteriza a los socialistas de otras fuerzas políticas democráticas. Reinstala en el pensamiento socialista la necesidad y oportunidad de un cambio estructural de la sociedad y el Estado capitalista. Se trata de construir un nuevo Estado y no de evolucionar hacia formas morigeradas del actual Estado. La diferencia no es semántica, en el primer caso se trata de acumular fuerza social y política para producir cambios fundamentales en la naturaleza del actual Estado, irónicamente utilizando los propios instrumentos que el proceso de democratización ha ido generando, y en el segundo caso la sucesión de una serie de reformas que pudiendo constituir significativos avances sociales no logra transformar en profundidad en el carácter esencial del actual Estado.

¿Será este un objetivo utópico? ¿Será imposible modificar las bases de la actual sociedad capitalista? ¿Tendremos que conformarnos los socialistas en ser sólo los mejores reformistas del sistema?. Son preguntas imposibles de resolver, al menos coyunturalmente, teniendo presente el fracaso histórico del modelo socialista encarnado en la URSS y sus seguidores y las dificultades, políticas y económicas de los países que se definen aún como tales. Existe una evidente carencia de un modelo teórico y empírico que exprese satisfactoriamente las aspiraciones de una sociedad socialista en nuestros tiempos.

Lo único que podemos tener como certeza es que la democracia es la más deseable de las actuales opciones y que su profundización irrestricta en todos los ámbitos de la vida social es el camino por el cual necesariamente hay que transitar para visualizar el tipo de sociedad socialista, alternativa al capitalismo, que sea posible de concebir y construir.

La idea de la extensión y calidad de la protección social puede constituir el camino de una profundización democrática que desarrollada de manera irrestricta y en todas sus connotaciones estructurales nos conduzca a un nuevo tipo de Estado de Bienestar en las nuevas condiciones de un mundo globalizado y de las condiciones propias del desarrollo histórico de nuestro país.

3.2.-Nuevas formas de organización y participación ciudadana.

Los objetivos de un nuevo Estado Social de Derechos requieren una sociedad civil organizada y activamente participante. La plena democratización del país no puede ser realidad mientras un alto porcentaje de la población está marginada social, económica y políticamente. La participación social no es sólo una reivindicación política sino que es un elemento fundamental de la reconstrucción del tejido social, lo cual, a su vez, es un requerimiento en la eficiencia de la planificación y de la implementación de las políticas.

La dictadura militar para imponer su modelo de desarrollo en el país se colocó como objetivo político y económico la atomización y destrucción de las organizaciones sociales constituyentes de la denominada sociedad civil. Las fuerzas democráticas en su lucha contra la dictadura se afirmaron precisamente en un movimiento social opositor que nacía de esa sociedad civil, sin embargo, asumido el Gobierno no han existido esfuerzos de una magnitud necesaria para apoyar el resurgimiento de aquel o de nuevas expresiones del movimiento social.

Dicha tarea democrática no está cumplida. Se requiere un nuevo y superior esfuerzo articulado entre Gobierno, partidos políticos y organizaciones sociales para revertir esta situación de precariedad organizacional. Ello es particularmente importante en el ámbito de la lucha contra todas las formas de discriminación y en particular por el objetivo de la equidad de género. Las mujeres, históricamente, han jugado un rol fundamental en la movilización y organización social, en las JJ.VV. en las organizaciones de promoción de la salud y la educación, etc. Asimismo han surgido nuevos tipos de organizaciones sociales, en la defensa del medio-ambiente, el desarrollo de la cultura, por los derechos de libertad sexual, los derechos humanos en general.

3.3.- Nueva Constitución Política.

No existen diferencias en las fuerzas progresistas chilenas respecto de la necesidad de una Nueva Constitución Política. El acuerdo político de gobernabilidad de 1990 ha permitido efectivamente el proceso de democratización, particularmente en el ámbito político, del conjunto de la sociedad chilena y ha marcado la transición de la dictadura a la democracia.

Las limitaciones e insuficiencias del marco constitucional de 1980 han sido siempre un obstáculo para el proceso democrático y si hasta hoy ha sido posible soslayar dichas limitaciones, la necesidad de enfrentar una nueva etapa histórica en el desarrollo del país hace insoslayable su reemplazo.

La voluntad política por impulsar una nueva constitución no es simplemente un proceso legislativo, por el contrario es un proceso político que involucra al conjunto de la sociedad y por tanto una oportunidad para que el conjunto del país realice un debate y encuentre los temas de consenso que le otorguen legitimidad popular a una concepción de sociedad democrática y progresista que sea ratificada en un nuevo ordenamiento constitucional.

Es una oportunidad también para que el objetivo de igualdad entre hombres y mujeres, la equidad de género, constituya un elemento estructurante del nuevo tipo de sociedad democrática que deseamos construir y se exprese en un rango constitucional.

Una Nueva Constitución Política implica una multiplicidad de temas y variables que deberán ser desarrollados, analizados, discutidos y aprobados en su debida oportunidad. Sin embargo, en lo esencial, desde nuestro punto de vista, es establecer los derechos humanos como la piedra angular de la democracia, del Estado y del desarrollo.

4.- El Partido Socialista en la Región de Tarapacá

Estos nuevos desafíos que enfrenta el conjunto del país son un imperativo para la transformación de la estructura política del país y de los Partidos Políticos. Ello supone para el Partido Socialista un gran proceso de reflexión y cambio.

a.- Elevar la calidad de nuestra reflexión y discusión política.

El Partido no puede seguir anclado sólo en procesos eleccionarios o de distribución de cargos, ya sea en el Gobierno como en los Municipios. Nuestra discusión interna no sólo es lamentable sino que tremendamente desestructurada y finalmente aburrida.

Se ha perdido todo el bagaje político-ideológico con que contaba el Partido, no existe una práctica, ni instancias adecuadas, para el análisis sistemático y colectivo que permita comprensión adecuada de los fenómenos sociales y políticos. De allí que nos manejamos en una lastimosa mediocridad que nos hace entender y vivir los fenómenos sociales de manera superficial y por tanto actuar con un pragmatismo inmediatista que nos sume en una cultura de relaciones coyunturales, dominadas por interese individuales y que crean una atmósfera favorable para el oportunismo y las conspiraciones.

b.- Asumir la realidad de nuestra región.

El inmediatismo y pragmatismo de nuestra vida política, unido a una dependencia absoluta del nivel central, nos pone de espaldas a nuestra principal fuente y objetivo de la acción política: nuestra realidad local y regional. El Partido no tiene un proyecto ni un discurso sobre nuestra realidad regional, tenemos percepciones y opiniones respecto de problemas de nuestras respectiva realidades inmediatas pero no hemos sido capaces de crear un marco de propuestas que identifiquen la opinión de los socialistas de Tarapacá de manera específica y que nos distinga del resto del país. En realidad pretendemos hacer política de espaldas a los principales problemas de la región y de su población.

Aún más allá, el Partido Socialista de Tarapacá ha sido incapaz de asumir una autocrítica por la incapacidad de haber respondido adecuadamente a las responsabilidades otorgadas por la Presidenta de la República para dirigir los destinos de región en el primer año de su mandato. A comienzos del 2006 fue designada Intendenta una militante del P.S. y con el concurso “oficioso” del diputado se designó y controló la totalidad de los puestos claves del Gobierno Regional. Desde el año 1973 que el partido no tenía el nivel de poder y de autoridad para hacer una gestión que prestigiara, no sólo a la Presidenta sino que mostrara a la ciudadanía la diferencia de una gestión socialista. A la vuelta de un año eso fue un profundo fracaso que debiera llenarnos de vergüenza a los socialistas.

c.- Superar la cultura y el comportamiento tendencial.

Hace ya muchísimo tiempo que las tendencias dejaron de ser corrientes de opinión, probablemente nunca lo fueron, y simplemente se han transformado en grupos de intereses corporativos. La participación en el Gobierno se ha desvirtuado, el cuoteo de los cargos (públicos y no públicos) es usado como instrumento de proselitismo y de comprometer lealtades para los grupos, de allí que no importa mucho si se trabaja de manera eficiente o nó, o si se representa una actitud y una conducta propiamente socialista en el ejercicio del cargo, lo fundamental es contar con el apoyo incondicional “desde arriba”.

Es absolutamente legítimo y necesario que si participamos en una alianza política que es Gobierno, los Partidos propongan su gente más preparada técnica y políticamente, para ser responsables colectivos del destino de ese Gobierno, pero lo que no es legitimo ni ético es que eso se haya convertido y se utilice como una bolsa de trabajo para objetivos clientelísticos. Lo peor es que la militancia ha asumido esto como una práctica normal y legítima concibiendo a los peyorativamente llamados “mandatarios” como ocupantes de una prebenda política por la cual, se supone, deben rendir pleitesía. Esta práctica está liquidando el Partido, si es que no lo ha destruido ya.

Es hora de enmendar, primero porque las tendencias se han atomizado y multiplicado en grupos, sub-grupos y grupitos, segundo porque no son ya el mejor instrumento para asegurar gobernabilidad y tercero porque son obstáculos para el crecimiento y desarrollo del Partido en las nuevas generaciones. La nueva elección de dirigentes está provocando a nivel nacional una reestructuración de las tendencias y genera nuevas condiciones para un reagrupamiento de fuerzas que configuran un nuevo panorama político interno. La mayoría política que hoy dirige el Partido, encabezada por Camilo Escalona, es la expresión de una alianza más allá de la Nueva Izquierda y constituye un ejemplo de este proceso de convergencia al interior del socialismo.

d.- Una nueva estructura de organización y mejorar calidad de los dirigentes

Se hace necesario reformular nuestra estructura organizacional de manera de responder de mejor forma a los nuevos desafíos que nos plantea la situación política nacional y regional, así como los nuevos procesos en la vida social e institucional de la región.

Es fundamental tomar conciencia y responder al desafío que implica los nuevos roles e importancia de los Municipios. La realidad local es el campo propicio para desarrollar una nueva forma de hacer política, para, con y desde los ciudadanos. Reformular la política consiste en darle contenido, sentido de utilidad y de eficacia a la acción que cualquier individuo o grupo quiera realizar en un interés individual y colectivo, dicho de otra forma la crisis de la política es cuando las personas sienten que cualquier actitud o acción que hagan es inútil para reafirmar o cambiar algo. De allí que la realidad local, el vecindario, la comuna, la escuela, el consultorio, la plaza, el campo deportivo, le dan sentido concreto a la acción política.

Reconstruir los lazos con el movimiento social tiene que ver con las organizaciones sociales tradicionales, sindicatos, juntas de vecinos, asociaciones deportivas, pero también y con tanta o quizás más potencialidad política las nuevas formas espontáneas de organización (medioambientales, culturales, derechos sociales , etc.). Necesitamos no sólo nuevas estructuras sino nuevas técnicas metodológicas y nuevos tipos de liderazgos.

Por supuesto que necesitamos un mejor nivel de dirigencia. No puede ser que sea un drama llenar los cargos directivos o que simplemente estos se llenen por designaciones a “dedo”. Posiblemente la causa de dicha falta de interés es que no hemos renovado las prácticas y los métodos de seleccionar dirigentes. Nuestra práctica política es poco interesante y no genera aprendizajes, no hacemos escuela, no en el sentido formal de talleres (que tampoco hacemos) sino de generar ejemplos que inciten y motiven a mayores incorporaciones. Necesitamos nuevos y mejores dirigentes, no en el sentido de la edad, sexo o nivel profesional, sino como resultado de mejorar la manera de como entendemos y practicamos la política o sea un salto cualitativo en nuestra cultura política traerá como consecuencia natural una nueva generación de dirigentes.

5.- Un nuevo liderazgo de los Socialistas en la Región de Tarapacá

Ninguno de los problemas del Partido tendrá una posibilidad de solución si no enfrentamos una de las causas fundamentales de su deterioro: el clientelismo político, el caudillismo y las prácticas mafiosas que ello lleva asociado. Un dicho popular nos dice que el pescado comienza a podrirse desde la cabeza y si usamos esa analogía en lo que sucede al Partido en la región deberíamos mirar precisamente a los poderes fácticos que dominan de hecho la vida y el funcionamiento del Partido.

El clientelismo político es la búsqueda de sustento político, en general por medio del voto, sobre la base de la concesión de favores y prebendas, en el cual la “representación” es producto de la intermediación entre los intereses particulares y/o grupales y las fuentes de poder. El clientelismo se hace mucho más fuerte en sociedades desarticuladas y atomizadas desde el punto de vista de la organización social y sus instrumentos son directamente el dinero y la fortuna o mediante la utilización de instituciones, tales como los Municipios y el propio Gobierno.

En nuestra región el clientelismo histórico ha sido instituido por el “Sorismo” y la utilización instrumental del Municipio de Iquique. Ese ejemplo ha creado una cultura de clientelismo que atraviesa toda la estructura política y que utiliza, ya sea el dinero, la institucionalidad municipal o la influencia que se pueda ejercer en el Gobierno.

El clientelismo necesita una organización y una estructura, cuya condición fundamental es organizar y distribuir las prebendas para asegurar un apoyo incondicional al lider o al caudillo. Por supuesto, que esas lealtades encuentran su apoyo más sólido en la estructura familiar, ya sea familia nuclear o familia extendida. De allí que el clientelismo, el caudillismo y el nepotismo generalmente están estrecha y estructuralmente ligados.

Además el clientelismo político no admite competencia para preservar su hegemonía, de allí que los métodos del clientelismo se asocian fácilmente con las prácticas de las mafias, que del ostracismo político original de los griegos fueron derivando a organizaciones abiertamente criminales para la eliminación física de los oponentes o potenciales oponentes.

Ese es nuestro verdadero desafío, combatir el clientelismo, caudillismo y nepotismo que se está enseñoreando de nuestra estructura partidaria y que no sólo llevará a la destrucción moral del Partido sino también al fracaso del Gobierno de Michelle Bachelet. Requerimos volver a los principios originales del socialismo, a su compromiso social y revolucionario y sobre a todo a una ética socialista.

6.- Propuestas de acuerdos del Congreso Comunal

Proponemos que los acuerdos del Congreso Comunal se refieran a dos tipos de materias: aquellas referidas propiamente a los temas específicos del Congreso nacional, asi como otras referidas al ámbito de tareas regionales.

1.- Los temas del Congreso Nacional serán el resultado de la discusión general del Congreso Comunal

2.- En cuanto las propuestas regionales se propone lo siguiente::

a.-- Formular y desarrollar un programa prioritario de organización del Partido en todas las comunas, que considere un proceso expedito y oportuno de filiación y desafiliación, que además asegure una comunicación expedita y permanente que haga efectiva una información y participación democrática de todos los militantes.

b.-- Es necesario colocar en el centro de nuestra acción política el trabajo en las comunas y en los Municipios. Es necesario desarrollar un plan de apoyo al trabajo municipal, particularmente en aquellos Municipios donde tenemos responsabilidades de Concejales. Dicho trabajo tiene dos componentes principales: uno el apoyo político de nuestros parlamentarios y dirigentes; y dos el apoyo institucional a través de los diversos sectores en que tenemos influencia institucional, tales como los Ministerios, Gobernaciones y Consejeros Regionales.

c.- Definir nuestra relación con el Gobierno como de compromiso y autonomía, al mismo tiempo, elevando nuestra capacidad de orientación política que permita superar el vicio de que dicha relación sólo se refiera a la negociación de cupos en los puestos de trabajo. Nuestros mandatarios deben responder a las expectativas de nuestros militantes y de la población que desean distinguir “un mandatario socialista” de los otros mandatarios y exigen de los socialistas que tengan un estilo de trabajo y compromiso social superior al resto: los mejores en calidad y profesionalismo, incuestionables en la ética pública y privada, caracterizados por su trabajo en terreno y en contacto con la ciudadanía, particularmente con los sectores más pobres.

d.- Fomentar y desarrollar nuestra reflexión política y nuestra propuesta estratégica regional. Debemos tener opinión fundada, colectiva y oportuna sobre los principales problemas de la región de manera que nos constituyamos en la “masa crítica” del pensamiento político y programático en la nueva región.

e..- Debemos priorizar nuestro trabajo con sectores y organizaciones sociales. Sindicatos y pobladores así como mujeres y jóvenes son sectores prioritarios para nuestro trabajo considerando precisamente las potencialidades de movilización social mencionadas anteriormente.

f.- Necesitamos hacer un gran esfuerzo comunicacional y de capacitación. El Partido, sus Parlamentarios, sus Alcaldes, sus Concejales, sus dirigentes, sus militantes deben ser conocidos por la opinión pública, sus realizaciones y su proyección de futuro. Asimismo es fundamental un programa de capacitación, novedoso, atractivo que utilice equipamiento y metodologías modernas.

g.- Respecto de los próximos compromisos electorales.

- La batalla del Municipio de Iquique es prioritaria para nuestro trabajo y el Partido. La Concertación puede y debe recuperar la dirección del Municipio. Necesitamos destacar nuestros mejores militantes, hombres y mujeres esa tarea. Para eso es necesario una selección democrática de nuestros candidatos/as, comenzando por primarias internas.

- Igualmente debemos otorgar importancia a la elección en el Municipio de Alto Hospicio, en el cual nunca debimos haber perdido y tenemos la oportunidad de rectificar el error cometido en la anterior elección.

- Respecto de Diputados. Debemos ratificar el acuerdo de Congreso pasado que no permite la reelección por más de dos períodos y que ello se aplique efectivamente para la próxima elección del año 2009.

- Respecto de la potencial elección de un senador. Se presentan dos escenarios posibles:

- Que se mantenga la actual circunscripción senatorial que comprende Arica y Parinacota e Iquique y Tamarugal. O sea que no se innove.
- Que se creen circunscripciones senatoriales independientes para cada una de las dos regiones

En ambos escenarios propongo: Que el Congreso Comunal solicite a la Diputada Isabel Allende que postule como nuestra candidata a Senadora. En el caso de dos nuevas circunscripciones que postule por Tarapacá ( Iquique-Tamarugal).

El argumento de fondo es que el próximo año 2008 se cumplen 100 años del nacimiento de nuestro Presidente Salvador Allende y que él fue un senador precisamente por la región de Tarapacá. Un justo homenaje a su memoria y a su legado de compromiso con los trabajadores del norte chileno, sería perpetuar su apellido a través de la representación de su hija. Sería una manera contundente de elevar el nivel de la política en la región y restaurar los principios originales y permanentes del socialismo.

Las potencialidades y los desafíos son enormes, es necesario comenzar ahora.


Alejandro Bell Jara
Iquique, Enero de 2008.

CERO ALCOHOL EN LA SANGRE ES CERO SANGRE EN LA CALLE

Nacional 5/Enero/2008

SANTIAGO, Chile, Enero 5 (UPI) --

Juventud Socialista y Grupo Muévete piden 'tolerancia cero' al consumo de alcohol en conductores

Representantes del grupo Muévete y de la Juventud del Partido Socialista (JPS) anunciaron este sábado que solicitarán al ministerio de Transporte patrocinar un proyecto de ley que sancione a cualquier persona que conduzca bajo la influencia del alcohol, considerando el aumento de muertes por accidentes de tránsito.

Preocupados por el incremento que se ha dado en estos casos, y que en su mayoría involucra a estudiantes y jóvenes, Patricio Mery de "Muévete", y Daniel Melo, presidente de JPS, reiteraron la necesidad en que las autoridades pongan un atajo a estos decesos, por lo que a su parecer será pertinente aplicar una normativa de "Tolerancia Cero" hacia los conductores.

"La única forma de manejar bien y reaccionar bien es estar cien por ciento sobrio, necesitamos un cambio cultural categórico", enfatizó Mery, al explicar que la petición que formularán al MTT consiste en que cualquier persona que maneje con un grado de alcohol en la sangre sea multada.

"El concepto es cero alcohol en la sangre y cero sangre en las calles, matarse y matar a otras personas no tiene nada de entretenido", destacó el vocero del grupo Muévete.

En tanto el dirigente de la JPS hizo un llamado a los parlamentarios de la Concertación a apoyar esta campaña, aduciendo que así "se podrá evitar el drama social que tiene que ver con la muerte de miles de jóvenes que conlleva crisis familiares y así no lamentar más decesos".

Conocidos por su preocupación en el tema, recordaron que hace ocho meses fueron los promotores de la cruzada "No te hagas bolsa", destinada a crear conciencia en los jóvenes y demostrarles las consecuencias nefastas de lo que sucede al manejar bajo efectos del bebidas alcohólicas.

ASPECTOS LEGALES Y CONSECUENCIAS

La Ley de Tránsito Nº 18.290 de 1984 establece el concepto de conducir bajo la influencia del alcohol sin estar ebrio y lo tipifica como una infracción gravísima, otorgándoles competencia a los Juzgados de Policía Local para conocer esas denuncias.

Las consecuencias legales que significa conducir en estado de ebriedad son de 61 a 360 días de cárcel, la cancelación de una multa, suspensión de la licencia de conducir y la anotación del procesamiento en los antecedentes personales del infractor. Esta penalidad se aumenta significativamente en caso de participar en accidentes de tránsito con resultado de muertes o lesiones o de reincidencia.

Las personas que conducen bajo la influencia del alcohol sin estar ebrias deben cancelar una multa correspondiente a infracción gravísima, se les suspende la licencia hasta por tres meses y se anota tal circunstancia en su hoja de vida como conductor, la que se lleva en el Servicio de Registro Civil e Identificación.

upi/cg/nl/


Patricio