jueves, 8 de febrero de 2007

COMENTARIO ENCUESTA ADIMARK


6/de Febrero 2007

La encuesta Adimark es clara, la Concertación baja y la Derecha se mantiene como colista. El porcentaje de personas que se sentía representada por la Concertación cae de 33-32 a 26. La Alianza por Chile no varía su porcentaje y se queda en 18 puntos.

Aunque en términos generales la evaluación de la gestión presidencial disminuyó en 7 puntos con respecto a igual estudio de Diciembre, la Presidenta sigue siendo considerada, por una abrumadora mayoría, como una persona creíble, con liderazgo y con una buena capacidad para enfrentar las crisis.

Más allá de los análisis acomodaticios de los cientistas políticos de moda, el mensaje ciudadano es claro, los conglomerados tradicionales de la política nacional están desgastados, la Derecha mantiene un tono crítico, destructivo, marcado por la falta de propuestas y preocupada por hacer leña del árbol caído. Mostrando una falta de visión de país y escasa capacidad para gobernar. Por su parte, la Concertación sufre una grave crisis de identidad y una nula capacidad de proyección. En donde hace rato que el norte, aquel proyecto que encantaba y seducía, dio paso a una disputa descarnada de la conquista del poder por el poder.

Las peleas internas de los Partidos, han traspasado sus fronteras para afectar el desempeño del gobierno, las personas saben que la Presidenta pertenece a la Concertación y no se explican como en vez de remar y pujar para el mismo lado, terminan entrampados en disputas autodestructivas que en nada aportan. Aunque las falencias innecesarias y la falta de prolijidad dentro del gobierno, también es percibida como un síntoma de desorden.

Chile desaprueba las actuaciones de la Concertación y de la Alianza, más del 50% reprueba el desempeño de ambos. Pero como toda crisis puede transformarse en una oportunidad, es importante que la Concertación entienda dos cosas:

La primera es que apoyar y construir bienestar social junto a la Presidenta, es el camino para demostrar seriedad y compromiso con un proyecto que otorgue satisfacción, progreso y desarrollo.

La segunda, es que se necesita un recambio de ideas y la construcción de una forma de hacer política más coherente y consecuente entre lo que se pregona y lo que se realiza.

La gente no nos perdona los robos, las faltas y las conductas reuhidas con la ética pública, por que nuestro capital todavía sigue siendo nuestro comportamiento y credibilidad, para salir de esta crisis, los partidos deben escuchar más y mejor, dando paso a nuevos liderazgos que asuman la política con una visión concreta, fresca y renovada de hacer las cosas.

Patricio